Lamine Yamal celebra sus goles haciendo el código postal 304 en el barrio obrero de Rocafonda

Lamine Yamal celebra sus goles haciendo el código postal 304 en el barrio obrero de Rocafonda donde creció y que ha sido objeto de numerosos insultos racistas de políticos españoles por su diversidad. El joven delantero del Barça, que pronto cumplirá 17 años, marcó un gol excepcional el martes por la noche en la victoria por 2-1 de la Roja sobre Francia. Fue suficiente para que su ciudad natal se sintiera orgullosa.
Deslumbró al mundo con su talento en la semifinal de la Eurocopa que España ganó a Francia por 2-1 el martes 9 de julio. A los 16 años, el delantero español de origen marroquí Lamine Yamal se convirtió en el goleador más joven de la historia de las grandes competiciones internacionales. El prodigio del FC Barcelona es la revelación de esta Eurocopa y el orgullo del barrio obrero donde creció, a 30 kilómetros al norte de Barcelona, en Mataró.
Lamine Yamal creció en un modesto edificio que da a una pequeña plaza, justo encima de una autoescuela, con su padre y su abuela, ambos de Larache, en Marruecos. La familia sigue viviendo aquí. En el barrio, donde se pueden ver varias pintadas en las que se lee «Stop racismo», todo el mundo le conoce.
Los lugareños describen a un chico obsesionado con el fútbol. Su padre, antiguo empleado de una tienda de ultramarinos, se ocupaba de él, mientras que su madre, originaria de Guinea Ecuatorial, se ocupaba de él.
Lamine Yamal celebra sus goles haciendo el código postal 304 y siempre fiel a su barrio
Lamine Yamal, alumno del centro de formación del Barça, sigue sus clases desde la distancia. Hace dos años, vio los partidos del Mundial desde el centro comercial Mataró con sus amigos. Y se ha mantenido muy fiel a su barrio, tiene muchos amigos y familia aquí, todo el mundo le conoce. El padre y la abuela del joven delantero, originarios del norte de Marruecos, siguen viviendo en el barrio de Rocafonda, que en los años sesenta acogió a trabajadores del sur de España antes de que se instalaran los marroquíes.
El barrio, a 15 minutos a pie del centro de la ciudad y de la playa, no es un gueto. Las calles están bien cuidadas, pero casi la mitad de los residentes viven por debajo del umbral de la pobreza. El joven Lamine Yamal es, por tanto, un modelo a seguir para muchos de los residentes, sobre todo los más jóvenes. Lamine Yamal vuelve a menudo por aquí, y siempre que marca, dibuja con los dedos el número 304: el código postal de Rocafonda.